Cómo convertir la AI Act en una oportunidad para las pymes
La entrada en vigor de la Ley europea de IA busca garantizar un desarrollo seguro y responsable de esta herramienta tecnológica, al tiempo que ofrece…
La inteligencia artificial es tanto una herramienta como un desafío en la lucha contra la desinformación. Aunque ha facilitado la creación y distribución de noticias falsas, también ha proporcionado herramientas poderosas para detectarlas. La clave está en utilizar estas tecnologías de manera ética y estratégica, combinándolas con esfuerzos educativos y de sensibilización
En agosto de 1835, el diario sensacionalista The Sun publicó unas imágenes sobre la luna que causaron un gran revuelo en la sociedad de la época. En el artículo se explicaba que John Herschel había fabricado el telescopio más grande del mundo para estudiar las estrellas y que había descubierto unos seres lunares: «cuadrúpedos marrones» que se asemejaban a bisontes en miniatura; criaturas parecidas a cabras; grullas de pico largo; y «grandes criaturas aladas, totalmente diferentes a cualquier tipo de pájaro». Esta podría considerarse una de las primeras noticias falsas que se hizo viral bajo una apariencia de veracidad, ya que muchos medios se hicieron eco de la publicación y la difundieron.
Ya en el siglo XXI, nos han contado, faltando a la verdad, que el 6 de mayo de 2022 un asteroide destruiría el planeta Tierra; que el Papa Francisco apoyaba la candidatura de Trump en las elecciones de 2016; o que el cantante José Luis Perales había muerto un día de agosto de 2023. Esto son solo tres ejemplos de cómo la digitalización ha cambiado radicalmente la forma en la que accedemos a la información y cómo ha acrecentado un problema: el aumento de las noticias falsas.
Según el informe ‘Riesgos Globales’ 2024 del Foro Económico Mundial, la desinformación –información falsa o fake news– ha emergido como el riesgo mundial más serio a corto plazo y se sitúa entre los cinco más graves para los próximos 10 años. En un mundo donde la inteligencia artificial (IA) ha transformado la creación y difusión de contenido, entender cómo identificar y frenar la desinformación es más necesario que nunca.
La IA ha desempeñado un papel crucial en la evolución de las fake news, elevándolas a niveles de sofisticación sin precedentes. Tecnologías como los deepfakes –contenidos audiovisuales manipulados o generados por IA que imitan la apariencia y la voz de una persona, real o inexistente- han hecho posible la creación de videos ultrarrealistas en los que figuras públicas aparentan decir o hacer cosas que nunca ocurrieron. Pero el engaño no se limita al ámbito visual: los modelos de generación de texto son capaces de producir artículos completos con un estilo que no se puede distinguir del que utilizan los medios de comunicación tradicionales.
¿Qué efectos pueden provocar?
A pesar de que la IA es parte del problema, también ofrece soluciones para combatir la desinformación. Estas herramientas pueden analizar grandes volúmenes de contenido en tiempo real, buscando errores, inconsistencias o discrepancias con hechos verificados.
Existe un delicado equilibrio entre moderar contenido falso y proteger la libertad de expresión. Mientras que una moderación excesiva puede interpretarse como censura, la falta de control permite que la desinformación se propague sin restricciones. Por lo tanto, resulta crucial desarrollar sistemas éticos y transparentes que respeten los derechos de los usuarios, al tiempo que combaten la desinformación de manera eficaz.
Además de las herramientas tecnológicas, la educación digital juega un papel fundamental en la lucha contra las noticias falsas. Capacitar a los usuarios para que cuestionen la información, verifiquen las fuentes y sean más críticos con lo que consumen es una estrategia indispensable. Las campañas educativas, combinadas con tecnologías de detección de desinformación, pueden crear un ecosistema informativo más resistente a las fake news.