Inteligencia artificial al servicio de la ciencia para ayudar en el tratamiento del alzhéimer y el cáncer
Un equipo de científicos ha desarrollado una estrategia computacional que permite diseñar moléculas terapéuticas desde cero.
Algunas claves para entender cómo la inteligencia artificial determinará las desigualdades sociales en un contexto ya desigual.
La inteligencia artificial (IA) puede ser tanto una herramienta que agrave las desigualdades sociales como un recurso para combatirlas, dependiendo de quién la controle y con qué fines se utilice. Los sistemas de IA, desarrollados y gestionados mayoritariamente por grandes empresas privadas, tienden a reproducir y amplificar sesgos históricos, afectando negativamente a colectivos vulnerables. Sin embargo, la IA, bajo marcos públicos y transparentes, ha ayudado a reducir barreras de acceso en salud o educación. El potencial redistributivo de la IA depende del modelo político y social que guíe su implementación.