Cómo convertir la AI Act en una oportunidad para las pymes

La entrada en vigor de la Ley europea de IA busca garantizar un desarrollo seguro y responsable de esta herramienta tecnológica, al tiempo que ofrece una serie de medidas diseñadas específicamente para simplificar el cumplimiento de las normas de seguridad por parte de las pymes. Sin embargo, solo el 7% de ellas cree que tiene un gobierno de riesgo de IA bien desarrollado, mientras que más del 50% no comprende completamente los requisitos del AI Act

La entrada en vigor de la ley europea AI Act marca un punto de inflexión en la adopción de la inteligencia artificial por parte de las pequeñas y medianas empresas (pymes). Aunque la regulación puede parecer inicialmente un desafío, ofrece oportunidades clave para aquellas empresas que la integren de manera responsable. Cumplir con la normativa no solo evitará sanciones, sino que también permitirá a las pymes acceder a recursos y beneficios específicos diseñados para facilitar la adopción de IA.

Ventajas para las pymes

Acceso prioritario a entornos de prueba (sandboxes)

Las pymes podrán probar sus soluciones de IA en espacios regulados antes de su despliegue comercial. Los sandboxes regulatorios permiten experimentar con IA en un entorno supervisado, sin los riesgos legales asociados a una implementación prematura. Esto representa una ventaja clave para pequeñas empresas que buscan innovar sin comprometer su seguridad jurídica.

Reducción de tasas y costes de evaluación

El AI Act establece un sistema de tarifas proporcional al tamaño de la empresa, lo que significa que las pymes enfrentarán menores costos en su cumplimiento normativo en comparación con grandes corporaciones. Este incentivo busca fomentar la adopción segura de IA sin que las barreras económicas limiten el acceso a la tecnología.

Formación y documentación adaptadas

La Comisión Europea ofrecerá guías simplificadas y formación específica para pymes, asegurando que las empresas puedan entender y aplicar la normativa sin necesidad de grandes inversiones en consultoría externa. Esto permitirá a las pequeñas empresas mantenerse actualizadas con la regulación y acceder a capacitación gratuita sobre IA ética y responsable.

Participación en la gobernanza del sistema

Las pymes podrán formar parte del Foro Consultivo del AI Act, el cual asesora sobre su implementación y evolución. Esto les permitirá influir en las decisiones regulatorias y garantizar que la normativa siga respondiendo a sus necesidades.

En la página web de la Ley europea de IA puede consultarse una práctica guía para pequeñas empresas. El texto destaca que esta norma se centra especialmente en este grupo de empresas: se menciona 38 veces en la Ley, frente a 7 menciones a la «industria» y 11 a la «sociedad civil». Y lo que es más importante, la Ley de la UE sobre la IA incluye una serie de medidas diseñadas específicamente para apoyar y simplificar el cumplimiento de las normas de seguridad de los productos de la Ley por parte de las pymes.

¿Qué implica el AI Act para una pyme?

El AI Act establece un enfoque basado en el riesgo para regular los sistemas de IA, clasificándolos en cuatro niveles:

  • Riesgo inaceptable: tecnologías prohibidas, como el reconocimiento facial en espacios públicos sin consentimiento.
  • Alto riesgo: aplicaciones en salud, contratación y seguridad que requieren estrictos controles de transparencia y supervisión humana.
  • Riesgo limitado: sistemas como chatbots, que deben informar claramente a los usuarios que están interactuando con IA.
  • Riesgo mínimo: herramientas como filtros de spam, que no requieren regulaciones específicas. 
Pirámide de riesgos al utilizar la inteligencia artificial

Para las pymes, el AI Act implica obligaciones clave en casos de riesgo limitado o mínimo, como garantizar la transparencia en el uso de IA y documentar su implementación. Además, sectores como el comercio electrónico, la atención al cliente y la gestión de datos pueden verse directamente afectados por la normativa.

El documento ‘The European Union AI Act: Time to start preparing’, publicado por McKinsey & Company, analiza el impacto del AI Act europeo en la regulación de la inteligencia artificial y cómo las empresas deben prepararse para su implementación. El informe destaca que muchas organizaciones aún no están preparadas para cumplir con la normativa. Según una encuesta realizada por McKinsey a 180 empresas europeas, solo el 7% considera que tiene un gobierno de riesgo de IA bien desarrollado, mientras que más del 50% no comprende completamente los requisitos del AI Act. Los principales desafíos que afrontan las empresas incluyen:

  • Complejidad normativa: dificultades para interpretar y cumplir con los requisitos del AI Act.
  • Gobernanza de riesgos: falta de estructuras de supervisión adecuadas.
  • Gestión de datos: preocupaciones sobre la interacción del AI Act con el RGPD.
  • Escasez de talento: dificultad para encontrar expertos legales y técnicos en IA.

Buenas prácticas para integrar la IA de forma responsable

  • Seleccionar proveedores tecnológicos que cumplan con criterios éticos y legales. Es fundamental elegir soluciones que respeten la privacidad y la seguridad de los datos.
  • Registrar internamente el uso de IA. Documentar qué herramientas se utilizan, con qué datos y para qué fines facilita auditorías y garantiza el cumplimiento normativo.
  • Incluir al equipo en el proceso de integración. La formación interna es clave para un uso consciente y responsable de la tecnología.

Retos habituales y cómo afrontarlos

  • Limitaciones técnicas y de personal: muchas pymes no cuentan con los conocimientos ni los recursos tecnológicos necesarios para implementar IA con garantías.
  • Complejidad normativa y escasa orientación inicial: la interpretación de los requisitos legales y éticos del AI Act puede ser difícil sin asesoramiento experto.
  • Coste y esfuerzo de adaptación: la adopción responsable requiere tiempo, formación interna y ajustes en procesos ya consolidados.

Para abordar estos retos se pueden adoptar distintos enfoques prácticos:

  • Contar con asesoramiento profesional externo: apoyarse en expertos legales o tecnológicos para interpretar y aplicar el AI Act desde el principio.
  • Obtener certificaciones reconocidas de seguridad y gestión: adoptar estándares como ISO/IEC 27001 para demostrar el compromiso con la protección de datos y transparencia.
  • Participar en programas de sandbox o formación pública: acceder a espacios de prueba regulados o a formaciones ofrecidas por organismos públicos como ENISA o la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
  • Documentar y revisar internamente el uso de IA: mantener un registro claro de qué herramientas se usan, con qué datos y para qué fines facilita auditorías internas y reduce errores en cumplimiento.

Recomendaciones prácticas para avanzar con IA responsable

Para que las pymes optimicen la adopción de IA y aprovechen los beneficios del AI Act, deben enfocarse en los siguientes puntos:

  • Clasificación del riesgo: Identificar si el sistema de IA es de riesgo mínimo, limitado o alto para aplicar correctamente las obligaciones establecidas.
  • Gestión de datos fiable y segura: Usar datos representativos y protegidos, evitando riesgos de privacidad y sesgos en la toma de decisiones.
  • Transparencia en la operación: Informar a los usuarios sobre el uso de IA y garantizar la trazabilidad de las decisiones automatizadas.
  • Supervisión humana: Asegurar que las decisiones automatizadas puedan ser revisadas y corregidas por personas, evitando errores críticos.

Establecer una política interna sobre IA es esencial para definir una hoja de ruta clara, alineando tecnología y regulación para garantizar una adopción eficaz y ética.